La leche, tu amiga en el colegio y en casa

En una dieta saludable y equilibrada, la leche es un componente importante, sobre todo en edad infantil; ¿por qué? Porque contiene hidratos de carbonos, grasas y proteínas en proporciones adecuadas para el organismo; aporta también vitaminas, especialmente A y C; y sobre todo es un alimento muy rico en sales minerales (especialmente calcio), tan importante en la dieta de niños y personas de la tercera edad.

El consumo de leche está disminuyendo entre los niños, como así también el de frutas y verduras; esta disminución está íntimamente relacionada al aumento del consumo de alimentos muy elaborados, que tienen altos contenidos de azúcares, grasas, sal y aditivos. Una de las consecuencias más preocupantes de estos hábitos alimentarios errados es el aumento del sobrepeso y la obesidad infantil, con el riesgo para la salud que conlleva.

Por eso queremos contaros algo más sobre la importancia del consumo de leche en la infancia; también os dejaremos algunos consejos para mantener un estilo de vida saludable.

¿Por qué es importante tomar leche?

La leche es rica en nutrientes que son básicos para el crecimiento; también para la formación y el fortalecimiento de huesos y dientes. Como sabéis los huesos están constituidos en gran parte de calcio: 500 ml de leche cubren las necesidades diarias de este mineral, que son de 800 mg. Pero además de calcio, la leche contiene otros nutrientes, como la vitamina D, la lactosa y el fósforo, que favorecen la absorción del calcio por parte del organismo. Es por esto que la leche se considera un alimento importante en la nutrición infantil.

Un estilo de vida saludable

Es importante que los niños aprendan, también a través de nuestro ejemplo, hábitos saludables que les ayudarán a mejorar su salud y ser en futuro adultos sanos:

• Consumir 5 raciones diarias de fruta y verdura, reduciendo el consumo de bollería, golosinas, etc.
• Tomar leche a diario, 2 o 3 raciones. Es aconsejable no endulzarla, porque la leche contiene naturalmente azúcar. Por el mismo motivo se aconseja evitar los lácteos elaborados con azúcares añadidos.
• Beber agua, sobre todo evitando bebidas azucaradas y/o gasificadas
• Hacer actividad física (caminar, jugar, hacer deporte, etc), reduciendo el tiempo que dedicamos a actividades sedentarias como los videojuegos, mirar la televisión, etc.