¿Se puede dar calabacín a un bebé? ¿Es mejor cocido o al vapor? ¿Y crudo, a partir de qué edad? Si estás empezando con la alimentación complementaria, es muy probable que el calabacín sea uno de los primeros vegetales que se te pasen por la cabeza. Es fácil de digerir, tiene una textura muy blanda al cocinarlo y combina con casi todo, tanto en purés como en recetas de BLW.
Además, se prepara en un momento, así que también nos saca de más de un apuro. Pero como pasa con muchos ingredientes, lo importante es saber cómo ofrecerlo según la edad del bebé y cuáles son los riesgos que hay que tener en cuenta (como los atragantamientos o la forma de cocinarlo). Vamos a verlo paso a paso.
¿Cuándo se puede dar calabacín a un bebé?
El calabacín se puede ofrecer a partir de los 6 meses, siempre que el bebé esté preparado para empezar con sólidos. Como es un alimento muy tierno cuando se cocina, no suele dar problemas si se ofrece bien adaptado. De hecho, es uno de los ingredientes más habituales tanto en purés como en tiras cocidas al vapor para hacer baby-led weaning.
No hace falta retrasar su introducción, ni esperar a los 9 o 12 meses, salvo que el pediatra diga lo contrario por algún motivo concreto. Eso sí, es mejor empezar con calabacín cocido sin sal ni condimentos fuertes.
Cómo ofrecer calabacín al bebé según su edad
De 6 a 8 meses

Durante esta etapa, lo ideal es ofrecer el calabacín cocido al vapor o hervido hasta que esté muy tierno. Se puede presentar de dos formas:
- En tiras gruesas, si seguimos el método BLW, lo suficientemente largas para que el bebé las pueda coger con la mano (forma de dedo). Mejor si tienen algo de piel para que no se deshagan al cogerlas.
- En puré de calabacín, bien triturado y sin piel, para facilitar la digestión.
De 9 a 12 meses

A partir de los 9 meses, la mayoría de bebés ya manejan mejor los trozos y podemos empezar a ofrecer el calabacín:
- En dados pequeños cocidos, si ya hace pinza.
- En hamburguesas de calabacín o mezclado con otros ingredientes (patata, queso, huevo…).
- En tortilla o revueltos blandos, bien cocinados.
Desde los 12 meses
A esta edad ya podemos empezar a ofrecer el calabacín en más formatos:
- Rallado y cocinado en recetas como tortitas de calabacín o muffins salados.
- En sopas o cremas con trozos.
- Incluso crudo en pequeñas cantidades, rallado muy fino, aunque todavía conviene hacerlo con cuidado.
¿El calabacín es peligroso o puede provocar alergia?
El calabacín no es un alérgeno habitual y, en general, se considera un alimento seguro para los bebés. Sin embargo, en algunos casos puede provocar pequeñas reacciones en la piel o alrededor de la boca, sobre todo si se ofrece crudo o con la piel. Esto no suele ser alergia, sino una irritación leve por el contacto con ciertas sustancias naturales de la hortaliza.
También hay que tener cuidado con los riesgos de atragantamiento si se ofrece poco cocido o en trozos demasiado duros. Siempre debe estar bien cocinado, blando y adaptado a la capacidad del bebé para masticar.
¿Se puede dar calabacín crudo a los bebés?

En general, no se recomienda dar calabacín crudo a los bebés menores de 12 meses. Aunque no es tóxico, su textura puede resultar difícil de manejar para ellos, sobre todo si no tienen dientes. Además, puede provocar pequeñas irritaciones en la boca o en la zona del pañal.
A partir del año, si el niño ya mastica bien, se puede ofrecer en pequeñas cantidades y rallado muy fino. Aun así, lo más seguro sigue siendo darlo cocido hasta los 18 meses o más.
Beneficios del calabacín para bebés y niños

El calabacín tiene un montón de ventajas nutricionales que lo convierten en una buena opción desde los primeros meses de la alimentación complementaria:
- Tiene un alto contenido en agua, por lo que ayuda a mantener una buena hidratación, sobre todo en verano.
- Aporta fibra, que favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.
- Contiene vitaminas como la C, la A y algunas del grupo B, aunque una parte se pierde al cocerlo.
- Tiene potasio y magnesio, dos minerales importantes para el sistema nervioso y los músculos.
Además, es muy bajo en calorías, por lo que se puede ofrecer con frecuencia y combinar con muchos otros alimentos.
Consejos para introducir el calabacín sin riesgos
Aunque es un ingrediente muy fácil de preparar, conviene tener en cuenta algunos trucos para ofrecer el calabacín de forma segura y aprovecharlo al máximo:
- Mejor sin sal ni especias fuertes durante el primer año. Se puede añadir un poco de aceite de oliva virgen extra después de cocinarlo.
- Pélalo si es ecológico, y mejor si lo cocinas al vapor para conservar mejor sus propiedades.
- Evita freírlo o rebozarlo al principio. Lo ideal es cocerlo, asarlo al horno o saltearlo sin apenas grasa.
- Cuidado con la textura: si está muy cocido, puede deshacerse demasiado. Deja algo de piel en tiras para que el bebé lo pueda agarrar.
- Congela lo que sobre: el calabacín cocido se puede congelar y usar en purés o como base para otras recetas.



































