Consejos para cocinar calabacín y aprovecharlo al máximo
El calabacín es uno de esos ingredientes que usamos casi sin pensar, pero que da muchísimo juego en la cocina. Lo puedes hacer al horno, a la plancha, en cremas, en tortilla, como base de canelones vegetales o incluso en recetas dulces. Además, se cocina rápido, combina bien con un montón de ingredientes y tiene un sabor suave que gusta a casi todo el mundo.
Si te estás planteando incluir más recetas con calabacín en tu menú semanal, aquí te dejamos una guía práctica con todo lo que necesitas saber: sus beneficios nutricionales, cómo elegirlo, conservarlo y, por supuesto, cómo cocinarlo para que no quede aguado ni sin gracia.
Beneficios nutricionales del calabacín
El calabacín es una hortaliza muy ligera, ideal para quienes buscan recetas saludables o controlar las calorías. Tiene un alto contenido en agua (más del 90 %), por lo que es hidratante y ayuda a la digestión. Además:
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Aporta fibra, sobre todo si se consume con piel.
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Es rico en vitamina C, especialmente si se come crudo o poco cocinado.
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Contiene minerales como potasio y magnesio.
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Tiene muy pocas calorías (alrededor de 17 kcal por 100 g), lo que lo convierte en un buen aliado en dietas de control de peso.
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Su sabor suave lo hace perfecto para introducir verduras en la dieta de los más pequeños.
Trucos para cocinar calabacín sin que quede aguado
Uno de los problemas más típicos al cocinar calabacín es que suelta mucha agua. Aquí te damos algunos consejos prácticos para evitarlo.
Cómo cortar el calabacín según la receta
El corte importa, y mucho. Para salteados o platos al horno, mejor cortar en rodajas gruesas o bastones. Si lo vas a usar como base para rellenos, como en calabacines rellenos o lasaña de calabacín, córtalo en láminas finas con una mandolina o pelador. Para tortillas o cremas, lo ideal es trocearlo en cubos pequeños para que se cocine de forma homogénea.
Cómo evitar que el calabacín suelte agua
Si vas a hacerlo a la plancha, al horno o salteado, lo mejor es no añadir sal hasta el final. La sal hace que suelte agua y se quede blandurrio. También puedes dejarlo reposar unos minutos con sal y luego secarlo bien con papel de cocina antes de cocinarlo, si buscas un resultado más firme.
Cuánto tiempo cocinar el calabacín
Al ser una verdura tan tierna, el calabacín necesita muy poco tiempo de cocción. A la plancha o en sartén, con 5-6 minutos suele ser suficiente. Al horno, dependiendo del grosor y la receta, entre 15 y 25 minutos. En cremas, con unos 10 minutos de cocción en agua o caldo ya queda perfecto.
¿Hay que pelar el calabacín?
No es necesario pelarlo. De hecho, la piel tiene gran parte de la fibra y los nutrientes. Solo hay que lavarlo bien y cortar los extremos. Si lo vas a dar a niños pequeños o quieres una textura más fina en cremas, puedes pelarlo sin problema, pero no es obligatorio.
Cómo conservar calabacines en casa
Guarda los calabacines enteros en el cajón de la nevera, sin lavar, y mejor si están separados de frutas que desprendan etileno (como las manzanas), porque esto acelera su maduración. Así te aguantan bien entre 5 y 7 días. Si ya los has cortado, guárdalos en un recipiente hermético y consúmelos en uno o dos días.
También puedes congelarlos, aunque después al cocinarlos sueltan más agua. Lo ideal es cortarlos en cubos o rodajas, escaldarlos un minuto en agua hirviendo, escurrirlos bien y congelarlos en bolsas.