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La pechuga de pollo a la brasa es una de esas recetas que siempre funcionan: fácil, rápida y con un sabor que conquista aunque no te guste demasiado el pollo. Eso sí, hay que saber hacerla bien para que no quede seca, y ahí está el truco. Si tenemos una buena brasa, un adobo sencillo con limón y hierbas, y un poco de paciencia, el resultado puede ser espectacular.
Muchas veces asociamos la pechuga de pollo a un plato soso o a la típica comida de dieta, pero cuando se hace a la parrilla, con ese sabor ahumado que da el carbón, la cosa cambia. El exterior se marca con ese toque crujiente y dorado, mientras que el interior se mantiene jugoso, sobre todo si la dejamos marinar antes.
Además, es una receta muy versátil. Nos sirve tanto para una comida informal al aire libre como para preparar con antelación y llevar en un tupper. Aquí te contamos cómo prepararla desde cero, cómo encender la barbacoa sin desesperar, y con qué acompañarla para que quede un plato redondo.
Receta de pechuga de pollo a la brasa
Ingredientes
- 2 pechugas de pollo enteras (unos 500 g)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (30 ml o 2 cucharadas soperas)
- Zumo de 1 limón (unos 60 ml o 4 cucharadas)
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de tomillo seco (o fresco picado)
- 1 cucharadita de orégano
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida
Cómo hacer pechuga de pollo a la brasa
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- En un bol, mezclamos el aceite, el zumo de limón, los dientes de ajo muy picados, el tomillo, el orégano, sal y pimienta.
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- Colocamos las pechugas en un recipiente y vertemos el adobo por encima.
- Tapamos y dejamos reposar entre 30 minutos y 2 horas en la nevera. Si tenemos más tiempo, mejor.
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- Encendemos la barbacoa y dejamos que el carbón se consuma hasta que tengamos brasas uniformes, sin llamas. Esto puede tardar unos 30-40 minutos.
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- Colocamos las pechugas sobre la parrilla bien caliente.
- Cocinamos unos 5-6 minutos por cada lado, dependiendo del grosor, hasta que estén bien marcadas por fuera y hechas por dentro. No hay que pincharlas ni moverlas mucho para que no pierdan jugos.
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- Si queremos, podemos pincelarlas con el resto del adobo o con una mezcla de aceite, limón y hierbas justo antes de retirarlas del fuego para potenciar el sabor.
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- Dejamos reposar un par de minutos antes de cortar o servir.
Cómo encender una barbacoa con carbón sin complicarte la vida
Encender la barbacoa es una de esas cosas que parece fácil… hasta que estás media hora soplando y el carbón ni se inmuta. Pero con algunos trucos básicos, lo tenemos controlado.
- Coloca bien el carbón: lo ideal es hacer una especie de volcán o montañita en el centro, dejando espacio para que circule el aire. Evita esparcir el carbón de entrada.
- Usa pastillas naturales o papel: puedes colocar unas pastillas de encendido o papel de periódico arrugado en el centro, y luego encenderlo. No uses líquidos inflamables tipo alcohol o gasolina. Solo añaden humo y mal sabor.
- Deja que prenda solo: cuando el papel o las pastillas estén bien encendidas, deja que el fuego se propague al carbón. No toques nada todavía.
- Espera a las brasas: sabrás que está listo cuando el carbón tenga una capa blanquecina por fuera y apenas salgan llamas. Eso tarda unos 30-40 minutos. Si colocas las pechugas demasiado pronto, se queman por fuera y quedan crudas por dentro.
- Reparte las brasas: una vez listas, extiéndelas formando una capa uniforme. Si quieres controlar más el calor, puedes dejar una zona con menos brasas para ir moviendo la carne según necesites
Cómo acompañar la pechuga de pollo a la parrilla
Te recomendamos que, ya que vas a encender la barbacoa, prepares también unas patatas asadas a la brasa, un delicioso acompañamiento que todos agradecerán:
Consejos para que la pechuga a la brasa quede jugosa
Aunque sea una carne magra, la pechuga puede quedar perfectamente jugosa a la brasa si seguimos unos cuantos trucos básicos:
- Adoba siempre antes: aunque sea solo 30 minutos, el adobo con limón, aceite y hierbas ayuda a que se mantenga jugosa por dentro y coja sabor.
- No la pongas fría: sácala de la nevera 10-15 minutos antes de asarla para que no esté helada por dentro.
- Controla la temperatura: si el fuego está demasiado fuerte, se quemará por fuera. La clave es brasas vivas, pero sin llamas.
- No la pinches: cada vez que pinchas la carne, pierde jugos. Mejor darle la vuelta con pinzas y dejarla quieta hasta que se dore.
- Déjala reposar: al sacarla de la parrilla, espera un par de minutos antes de cortarla. Así los jugos se redistribuyen.
¿Te apetece algo diferente a las típicas costillas o chuletas? Esta receta de pechuga de pollo a la brasa es ideal para una comida ligera, sin renunciar al sabor de la barbacoa. Si te animas, prueba también una dorada a la parrilla o un pulpo a la brasa: son otro acierto seguro para tus días de parrilla:
