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Hoy vamos a hacer una tarta de queso con leche condensada sin horno. Una receta facilísima que está más que rica, gracias al sabor que le aporta la leche condensada.
Supongo que ya os habréis dado cuenta de que me encanta la tarta de queso, aquí en Pequerecetas ya he compartido un par de ellas con vosotros: la New York Cheesecake y la tarta de Halloween de queso y chocolate.
La de hoy es la favorita de mi marido, os va a sorprender lo fácil y rápida que es de hacer. Sin necesidad de horno, el resultado es absolutamente fantástico, nadie diría que no es una auténtica tarta de queso estilo Nueva York, ¡animaos a prepararla, y contadnos qué os parece!
Receta de tarta de queso con leche condensada
Ingredientes
Para la base:
- 150 g de galletas maría o digestive
- 70 g de mantequilla
Para el relleno
- 200 ml de creme fraîche o nata fresca (se puede usar normal si no la encuentras)
- 400 g de leche condensada (1 bote pequeño)
- 600 g queso crema (Philadelphia o similar, mejor a temperatura ambiente)
- 1 paquete de preparado para flan (para preparar 4 raciones)
Para la cobertura:
- 300 g de fresas
- 1 hoja de gelatina (opcional, la de las fotos no lleva)
- zumo de medio limón
- 3 cucharadas de azúcar
Cómo hacer tarta de queso con leche condensada
Preparamos la base de galletas de la tarta
- Vamos a comenzar preparando la base de nuestra tarta de galleta. Para ello, trituramos las galletas con ayuda de un robot de cocina, o metiéndolas dentro de una bolsa y golpeándolas con un rodillo, hasta obtener un polvo de galleta fino.
- Derretimos la mantequilla y mezclamos con la galleta en polvo (debe quedar como arena mojada).
- Cubrimos la base de un molde desmontable de 20 a 24 cm con papel de hornear, distribuimos encima la masa de galleta, presionando bien, e introducimos en el congelador mientras preparamos el relleno de nuestra tarta de queso.
Relleno de crema de queso con leche condensada
- A continuación preparamos el relleno de crema de queso. Ponemos todos los ingredientes en un cazo al fuego (fuego lento), removemos con energía hasta que se haya disuelto el sobre de flan y no haya grumos.
- Subimos el fuego y seguimos removiendo sin parar hasta que hierva (puede tardar unos 10 minutos).
- Retiramos del fuego, y vertemos la crema de queso sobre la base de galleta que teníamos preparada.
Refrigeramos en el frigorífico
Llevamos a frigorífico al menos un par de horas, mejor de un día para otro.
Cómo decorar esta tarta de queso
Por último, vamos a preparar la salsa de fresas, con la que decoraremos nuestra tarta.
Cubierta de fresas para la tarta
- Hidratamos la hoja de gelatina en un vaso de agua fría durante 5 minutos.
- En un cazo aparte, calentamos las fresas lavadas con el zumo de limón y el azúcar, y removemos constantemente, triturando al mismo tiempo.
- Cuando la salsa de fresa esté bien caliente, y triturada a nuestro gusto, incorporamos la gelatina bien escurrida a esta mezcla, removiendo hasta que se disuelva totalmente (si no vamos a usar gelatina, basta con triturar las fresas, el azúcar y el zumo de limón y verter por encima).
- Distribuimos la salsa de frambuesa sobre la tarta y metemos de nuevo en la nevera hasta que vayamos a consumirla.
No me digáis que esta tarta de queso con leche condensada no tiene una pintaza increíble. Prueba también la tarta de queso mascarpone, la famosa tarta de queso Philadelphia, la tarta de queso japonesa, o esta tarta de queso con fresas ¡deliciosa!
