Cómo cocinar con muslos de pollo
Los muslos de pollo son una de esas piezas que siempre funcionan, pero aquí van algunos trucos para que queden aún mejor:
Seca bien la piel antes de cocinarlos
Si los vas a hacer al horno o en la sartén, sécalos con papel de cocina. Así conseguirás una piel más crujiente y evitarás que se cuezan en su propio jugo.
No los cocines recién sacados de la nevera
Sácalos unos 20 minutos antes de cocinarlos para que no estén fríos por dentro. Esto ayuda a que se cocinen de forma más uniforme y queden jugosos.
Aprovecha el hueso para dar más sabor
El hueso ayuda a mantener la carne tierna y aporta sabor a caldos y guisos. Si tienes tiempo, cocínalos con hueso y piel, y deshuésalos después si prefieres.
Quedan genial en marinadas
Con solo ajo, limón, aceite y especias ya tienes un marinado rápido. Déjalos un rato y luego al horno, a la plancha o en la airfryer.
Puedes congelarlos cocinados
Si haces una tanda grande, congélalos ya cocinados. Luego solo tienes que recalentarlos en sartén o al horno con un poco de caldo o salsa para que no se resequen.
Beneficios nutricionales del muslo de pollo
Además de ser sabrosos, los muslos de pollo tienen buenas propiedades nutricionales, sobre todo si se cocinan sin exceso de grasa:
Aportan proteínas completas
Son una buena fuente de proteínas de alta calidad, ideales para mantener la masa muscular sin recurrir a carnes rojas.
Contienen hierro y zinc
Dos minerales esenciales para el sistema inmunológico y la producción de energía, especialmente útiles si no tomas mucha carne roja.
Más jugosos que la pechuga
Al tener algo más de grasa que la pechuga, son más sabrosos y saciantes, lo que también ayuda a controlar el apetito si se cocinan bien.
Buenos para dietas equilibradas
Si se cocinan al horno, a la plancha o en airfryer, son una opción estupenda para incluir en menús saludables y económicos.