Hace un tiempo hice unas galletas de naranja porque tenía unas naranjas en el frutero muertas de risa. Al final salieron unas galletas caseras tan ricas que ahora mis hijos me las piden cada semana. Tienen ese punto justo entre crujiente y tierno, y un saborcito a cítrico que alegra hasta el lunes más gris.
La receta es muy sencilla, pero lo que realmente marca la diferencia es usar una buena ralladura de naranja biológica y un poco de almendra molida. Le da una textura especial, algo más rústica, y un sabor que combina genial con un café o un vaso de leche. Nada complicado, de verdad.
Me gusta hacerlas cuando tengo un rato tranquilo, porque la masa se prepara rápido y el olor que queda en casa después es una maravilla. Si te animas, te cuento cómo hacer galletas de naranja y almendras paso a paso, con algunos trucos que a mí me han funcionado para que queden perfectas cada vez.
Receta de galletas de naranja y almendras
Ingredientes
- 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar
- 1 huevo mediano
- Ralladura fina de 1 naranja
- 2 cucharadas de zumo de naranja natural
- 180 g de harina de trigo
- 70 g de harina de almendra
- 1 pizca de sal
- azúcar para decorar (opcional)
Cómo hacer galletas de naranja caseras
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Para preparar las galletas de naranja y almendras, lo primero es sacar la mantequilla (125 g) de la nevera un buen rato antes para que se ablande. Cuando esté blanda, la mezclas con el azúcar (100 g) en un bol. La idea es que quede una mezcla cremosa, sin grumos visibles de mantequilla.
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A esa mezcla le incorporas el huevo mediano, batiendo lo justo para que se integre. Luego añades la ralladura fina de una naranja y las dos cucharadas de su zumo.
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En otro recipiente aparte, mezclas la harina (180 g) con la almendra molida (70 g) y una pizca de sal.
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Después lo incorporas poco a poco a la mezcla anterior, removiendo hasta que la masa empiece a coger cuerpo. No hace falta amasarla en exceso; basta con unir los ingredientes hasta que no queden restos secos.
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Envuelve la masa con film y déjala reposar por lo menos 1 hora en la nevera. Este paso ayuda a que luego las galletas mantengan su forma en el horno y no se deformen. Si tienes prisa, puedes meterlas media hora en el congelador y sirve igual.
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Pasado ese tiempo, precalienta el horno a 180 °C con calor arriba y abajo.
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Estira la masa con un rodillo poniéndola entre dos hojas de papel de hornear, hasta dejarla de unos 5-6 mm de grosor.
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Corta las galletas con el cortante que más te guste.
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Colócalas sobre una bandeja con papel de horno y, si quieres, espolvorea un poco de azúcar por encima para que se dore mejor y se les forme una capita crujiente.
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Hornéalas durante unos 12 a 14 minutos, hasta que los bordes empiecen a coger un tono dorado. Es importante no pasarse con el tiempo, porque se endurecen más al enfriarse.
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Sácalas con cuidado y déjalas reposar sobre una rejilla. Cuando estén frías, puedes guardarlas en una lata metálica; aguantan bien varios días sin perder textura.
Consejos para hacer galletas de naranja y almendras

- Usa mantequilla de buena calidad. Parece una obviedad, pero marca muchísimo la diferencia. Si puedes, elige una mantequilla con al menos un 82 % de materia grasa. Notarás que la masa es más estable y que el sabor es más “a casa”, por decirlo así.
- No te pases batiendo la mezcla. Cuando añades el huevo y los ingredientes líquidos, mezcla solo lo necesario. Si bates demasiado, las galletas pueden quedar duras. Lo mejor es mezclar lo justo para que todo quede bien integrado, sin preocuparte de que quede perfecto. En las galletas, menos manipular suele ser mejor.
- Enfría la masa el tiempo suficiente. Este paso es clave. Si metes la masa directamente al horno sin reposar, se ablanda demasiado y las galletas se expanden más de la cuenta. Con al menos una hora de nevera, la mantequilla se solidifica y mantiene mejor la forma durante el horneado. Incluso puedes dejar la masa toda la noche en el frigorífico sin problema.
- Controla bien el horneado. Cada horno es un mundo. Lo ideal es vigilarlas a partir del minuto 12 y sacarlas en cuanto veas los bordes doraditos. Aunque al principio parezcan blandas, se endurecen al enfriar. Si esperas a que estén totalmente doradas dentro del horno, luego te quedarán demasiado secas.
- Guárdalas correctamente. Una vez frías, guárdalas en una lata metálica o en un recipiente hermético. Así se mantienen crujientes varios días, incluso más de una semana. Si prefieres dejarlas más tiempo, puedes congelarlas: mételas en una bolsa de cierre hermético, separadas por papel de horno para que no se peguen. Luego solo hay que dejarlas a temperatura ambiente unos minutos y vuelven a estar perfectas.
- Si quieres, puedes congelar la masa. En lugar de congelar las galletas horneadas, también puedes hacerlo con la masa cruda. Forma un cilindro con la masa, envuélvelo bien en film y guárdalo en el congelador hasta tres meses. Cuando te apetezcan, solo tienes que cortar rodajas finas y hornearlas directamente, sin necesidad de descongelar.
Cómo acompañar las galletas de naranja y almendras
Estas galletas de naranja y almendras son muy versátiles. Van bien prácticamente con todo, aunque cada uno en casa tiene su momento favorito para comerlas. A mí, por ejemplo, me gusta tomarlas con un café por la tarde, mientras que los niños las prefieren con un vaso de leche bien fría. También quedan estupendas con un té verde o un rooibos, porque el sabor cítrico combina genial con infusiones suaves.
Si quieres algo un poco más especial, puedes bañar la mitad de cada galleta en chocolate negro fundido y dejar que se endurezca sobre papel de horno. El contraste entre el amargor del chocolate y el toque fresco de la naranja es una maravilla.
Estas galletas también funcionan muy bien como detalle casero para regalar, por ejemplo como galletas de Navidad. Puedes meter unas cuantas en una bolsita transparente o una caja bonita, con una cinta de tela, y queda un regalo sencillo pero hecho con cariño. Si usas cortantes bonitos estas galletas se lucen y no necesitan decoraciones ni más esfuerzo que envolverlas
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La verdad es que estas galletas de naranja y almendras se han convertido en un pequeño clásico en casa. No tienen complicación, no ensucian mucho y el resultado siempre merece la pena. Además, se conservan tan bien que puedes tener una lata en la despensa para cuando apetece algo dulce sin recurrir a lo industrial.
Bueno, espero que te sirva y que te animes a hacerlas. Si las pruebas, cuéntame cómo te quedaron o con qué las acompañaste, que siempre me gusta saber esas cosas. ¡Nos leemos pronto!
Si buscas otras recetas de galletas caseras, no puedes dejar de probar la receta de cookies en freidora de aire, que permite hacerlas crujientes por fuera y tiernas por dentro sin encender el horno; las galletas craqueladas de limón son perfectas si te gusta un toque cítrico y suave en la boca; las galletas de avena son ideales para un desayuno nutritivo o una merienda saludable; las galletas de mantequilla y chocolate combinan dos sabores, perfectas para los más golosos; y las galletas con mermelada son un clásico que nunca falla, con un centro dulce que aporta color y sabor a cada bocado.
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