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La primera vez que probé los buñuelos colombianos fue en casa de unos amigos colombianos. Nos invitaron por Navidad y, entre un montón de platos que yo no había visto en mi vida, apareció una bandeja llena de bolitas doradas que olían de maravilla. Yo pensaba que serían como nuestros buñuelos de viento, pero nada que ver: al morderlos entendí por qué en Colombia forman parte de todas las celebraciones, desde diciembre hasta cualquier desayuno con café o chocolate.
Recuerdo que me contaron que allí son casi un ritual en Navidad, que nadie concibe esas fechas sin buñuelos y natilla en la mesa, y la verdad es que lo entiendo. Tienen un punto salado muy agradable, una miga suave y esponjosa y ese toque crujiente por fuera que engancha.
Y bueno, como soy de las que pregunta todo cuando algo le gusta, acabé aprendiendo a hacerlos con los trucos que me dieron aquella noche. La receta de buñuelos colombianos que te comparto es muy parecida a la que ellos preparan siempre: sencilla, sin complicaciones y con ese sabor tan suyo que apetece repetir más de lo que uno admite.
Receta de buñuelos colombianos de queso
Ingredientes
- 200 g de almidón de yuca (puedes comprar aquí)
- 250 g de queso costeño rallado, o mezcla de queso fresco y queso feta (puedes comprar aquí)
- 1 huevo
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de levadura química
- 50–70 ml de leche (aprox., según absorción)
- Aceite para freír
- Opcional: una pizca de bicarbonato (ayuda a esponjar)
Cómo hacer buñuelos colombianos
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Para empezar, mezcla en un bol grande los 250 g de almidón de yuca, los 250 g de queso costeño rallado, las 2 cucharadas de azúcar, la cucharadita de sal y la cucharadita de levadura química.
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En otro cuenco bate el huevo y añádelo a los ingredientes secos.
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Empieza a integrar con las manos y ve incorporando la leche poco a poco, sin prisa, hasta que consigas una masa suave y homogénea. Debe quedar tierna, no pegajosa, y capaz de formar bolitas lisas. Si ves que te queda seca, añade un chorrito más de leche; si te has pasado, un poco más de almidón y se equilibra enseguida.
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Cuando la masa esté lista, forma bolitas del tamaño de una albóndiga. Procura que queden bien redondas y sin grietas, porque eso influye bastante en que los buñuelos queden bonitos y no se abran al freírlos.
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Pon una olla o cazo profundo al fuego con suficiente aceite para que los buñuelos floten. Calienta a una temperatura media–alta, pero no al máximo. Un truco sencillo para comprobar si está listo es poner una bolita pequeña de masa: si baja al fondo y sube despacio, está perfecto. Si sube de golpe, baja un poco el fuego.
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Fríe los buñuelos en tandas pequeñas para que no se amontonen. Verás que, a medida que se cocinan, se inflan y empiezan a dorarse de forma muy uniforme. Gíralos de vez en cuando con una espumadera. El proceso suele tardar unos minutos, y cuando los veas de un dorado bonito, sácalos y déjalos escurrir sobre papel de cocina.
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Déjalos reposar un momento y… ya los tienes. Crujientes por fuera, suaves por dentro y con ese punto salado tan característico.
Buñuelos colombianos en freidora de aire
Hacer buñuelos colombianos en freidora de aire es una forma muy práctica de disfrutar este clásico navideño sin freír en aceite, manteniendo ese interior tierno y ligeramente elástico que caracteriza a la receta tradicional, pero con un acabado más ligero y cómodo para el día a día.
Ingredientes: 200 g de almidón de yuca; 150 g de queso rallado tipo costeño, o mezcla de fresco y queso feta; 1 huevo M; 40–60 ml de leche (3–4 cucharadas); 10 g de azúcar; 1 pizca de sal (opcional); spray de aceite o unas gotas de aceite para pincelar.
Preparación
Mezclamos los 200 g de almidón de yuca con los 150 g de queso rallado, añadimos el huevo, los 10 g de azúcar y la pizca de sal. Incorporamos poco a poco los 40–60 ml de leche hasta conseguir una masa suave que no se pegue a las manos. Amasamos ligeramente, dejamos reposar 5 minutos y formamos bolitas de unos 25–30 g. Colocamos las bolas separadas en la cesta de la freidora de aire sobre papel de hornear, pulverizamos o pincelamos ligeramente con aceite y cocinamos a 180 °C durante 10–12 minutos, dándoles la vuelta a mitad de tiempo, hasta que estén dorados e inflados. Dejamos reposar un par de minutos antes de servir
Consejos para hacer buñuelos colombianos
- Controla bien la temperatura del aceite. Si está demasiado alto, los buñuelos se doran por fuera en segundos pero quedan crudos por dentro; si está muy bajo, se abren o se deforman. Lo ideal es un calor medio constante. Puedes probar primero con una bolita pequeña para ajustar el fuego con tranquilidad.
- Ajusta la textura de la masa según lo que veas. Cada queso absorbe la humedad de manera distinta, así que no te asustes si necesitas un poquito más de leche o un poco más de fécula. La masa debe quedar suave, manejable y sin grietas. Dedicarle un minuto extra aquí evita la mayoría de problemas al freír.
- Forma las bolitas con las manos ligeramente húmedas. Esto ayuda a que queden lisas y evita que la masa se pegue. Además, una superficie lisa hace que se cocinen de manera uniforme y queden más esponjosos.
- Fríelos en tandas pequeñas. Si metes demasiados a la vez, baja la temperatura del aceite y los buñuelos no crecerán como deben. Dale su espacio a cada uno y el resultado será mucho mejor.
- Consérvalos correctamente. Los buñuelos están en su mejor momento recién hechos, pero si te sobran, guárdalos en un recipiente hermético una vez fríos. Aguantan bien hasta un día. Si quieres congelarlos, lo ideal es hacerlo antes de freír, cuando ya están boleados: los pones en una bandeja, los congelas y luego los pasas a una bolsa. Cuando los quieras usar, los fríes directamente sin descongelar.
Cómo acompañar los buñuelos colombianos
Los buñuelos, tal y como me enseñaron mis amigos colombianos aquella Navidad, no se comen solos: forman parte de un pequeño ritual. Aquí tienes las combinaciones más típicas y algunas ideas que funcionan de maravilla si los preparas en casa:
- Con natilla colombiana.
Es el acompañamiento clásico de las fiestas decembrinas. La cremosidad de la natilla contrasta genial con la corteza crujiente y el interior esponjoso del buñuelo. Si quieres recrear la experiencia más auténtica, esta es la pareja perfecta. - Con una taza de chocolate caliente.
Si te gustan los desayunos contundentes, esta opción te encantará. El punto salado del queso con el dulzor del chocolate crea un equilibrio delicioso, muy reconfortante en invierno. - Con café recién hecho.
Es la forma más habitual de disfrutarlos durante el día. En Colombia el café acompaña prácticamente cualquier tentempié, y el aroma tostado va de lujo con los sabores suaves del buñuelo.
Preguntas frecuentes sobre los buñuelos colombianos
¿Qué queso puedo usar si no encuentro queso costeño?
Una mezcla de queso fresco (tipo requesón firme o queso de Burgos bien prensado) con un poco de queso feta rallado funciona muy bien. Ajusta la sal porque algunos quesos son más salados que el costeño; prueba la masa antes de freír una tanda grande.
¿Qué se le puede agregar a los buñuelos para que queden esponjosos?
Para lograr buñuelos más esponjosos es clave usar queso fresco húmedo bien rallado, añadir un poco de leche si la masa está muy seca y no trabajar en exceso la mezcla. Algunas recetas incluyen una pizca de polvo de hornear, aunque en realidad la textura esponjosa depende más de la hidratación correcta del almidón y de respetar el reposo de la masa unos minutos antes de formar las bolas.
¿Cuál es la mejor harina para hacer buñuelos?
Los auténticos buñuelos colombianos se hacen con almidón de yuca (también llamado fécula de tapioca). No se utiliza harina de trigo como base porque esta cambiaría completamente la textura final. En algunas versiones se mezcla un pequeño porcentaje de harina de maíz precocida o maicena, pero el ingrediente imprescindible es siempre el almidón de yuca.
¿Por qué a veces los buñuelos explotan al freírlos?
Suele pasar por aire atrapado en la masa o porque el aceite está demasiado caliente y la superficie se dora antes de que el interior tenga tiempo de expandirse. La solución práctica: forma bolitas bien lisas (sin grietas) y comprueba la temperatura del aceite con una bolita pequeña antes de freír en tandas.
¿Se pueden hacer al horno en vez de freírlos?
Sí, pero cambian bastante de textura: quedan menos crujientes y menos aireados por dentro. Si prefieres intentarlo, hornéalos a 200 ºC sobre una bandeja con papel y un ligero spray/chorrito de aceite durante 12–15 minutos, girándolos a mitad de tiempo para dorar por todos lados.
¿Son los buñuelos colombianos aptos para una dieta sin gluten?
La receta tradicional usa fécula de maíz (almidón de yuca o de maíz según la variante), que en sí misma es sin gluten; eso sí, comprueba que la fécula y el queso no tengan aditivos con gluten y evita la contaminación cruzada si tienes intolerancia.
¿Cuál es la diferencia entre los buñuelos mexicanos y colombianos?
Los buñuelos mexicanos son finos, crujientes, planos y dulces, parecidos a una oblea frita cubierta de azúcar, miel o canela. Los colombianos, en cambio, son redondos, gruesos y esponjosos por dentro, elaborados con queso y almidón de yuca, y se sirven generalmente solos o con natilla. Son dos recetas totalmente distintas que comparten únicamente el nombre.
Ya tienes la receta de los buñuelos colombianos para disfrutar en Navidad ¡o en el momento que quieras! Te recomiendo otras recetas colombianas: no puedes dejar de probar las solteritas, un postre tradicional de Navidad hecho con galletas, pasas y dulce de leche; la bandeja paisa, un plato contundente con arroz, frijoles, carne, chicharrón, huevo y plátano; las salchipapas, un aperitivo callejero de salchichas fritas con patatas que se sirve con salsas y condimentos al gusto; el sancocho, un guiso de carne y verduras que cambia según la región y es ideal para compartir; o los patacones, plátanos verdes fritos y crujientes que acompañan casi cualquier comida y son un básico en la mesa colombiana.
