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La primera vez que probé un cannoli fue en Sicilia, y te juro que todavía me acuerdo del momento. Caminando por una calle de Palermo, encontré una pequeña pastelería y, bueno… me enamoré al primer bocado. Esa mezcla entre la masa crujiente y el relleno cremoso de ricotta me pareció lo más delicioso del mundo.
Desde entonces, los cannoli se convirtieron en uno de esos postres que preparo en casa cuando quiero sorprender o, simplemente, cuando me entra la nostalgia. Y aunque pueda parecer una receta complicada, la verdad es que con un poco de paciencia y los ingredientes adecuados, se pueden hacer perfectamente en casa.
Hoy te cuento cómo preparar los cannoli sicilianos tradicionales, con su toque de chocolate en las puntas y ese relleno suave que se deshace en la boca. Así que si te apetece traer un trocito de Sicilia a tu mesa, ponte el delantal, que empezamos.
Receta de cannoli
Ingredientes
- 250 g de harina de trigo (tipo 00 si tienes)
- 30 g de azúcar
- 30 g de manteca de cerdo (o mantequilla si prefieres)
- 1 huevo
- 1 yema de huevo (para pincelar y cerrar los cannoli)
- 1 cucharadita de cacao en polvo
- 30 ml de vinagre blanco
- 30 ml de vino Marsala (o vino dulce)
- 1 pizca de sal
- Aceite de girasol o de semillas para freír (abundante)
Para la masa
- 1 kg de ricotta de oveja (o de vaca si no encuentras la primera)
- 300 g de azúcar glas
Para el relleno
- 100 g de chocolate negro para fundir
- Pistachos picados (cantidad al gusto)
- Azúcar glas para espolvorear al final
Para decorar
Cómo hacer cannoli sicilianos auténticos
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Preparamos la masa de cannoli
Para preparar la masa de los cannoli, pon en un bol 250 g de harina de trigo, 30 g de azúcar, una pizca de sal y una cucharadita de cacao en polvo.
Mezcla bien y añade 30 g de manteca de cerdo, que tiene que estar a temperatura ambiente para que se integre mejor.
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Incorpora también un huevo, 30 ml de vinagre blanco y 30 ml de vino Marsala.
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Empieza a amasar hasta que tengas una masa firme, suave y elástica. Si ves que queda demasiado seca, puedes añadir una cucharadita de vino o agua, pero con cuidado.
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Cuando esté lista, forma una bola, envuélvela en film y déjala reposar en la nevera durante una hora. Este paso es importante para que la masa se relaje y luego puedas estirarla bien fina.
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Pasado el tiempo de reposo, saca la masa y colócala sobre una superficie ligeramente enharinada. Estírala con un rodillo hasta dejarla lo más fina posible, unos 2 milímetros más o menos.
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Corta discos de unos 10 cm de diámetro.
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Enrolla cada disco sobre un tubo metálico para cannoli (los venden en tiendas de repostería u online aquí) y pincela un borde con un poco de yema de huevo para que se cierre bien y no se abra al freír. Asegúrate de que el pliegue quede bien sellado.
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Freímos los cannoli
Calienta abundante aceite de girasol en una sartén profunda o en una cazuela, a unos 170-180 °C. Fríe los cannoli de uno en uno o de dos en dos, según el tamaño de tu sartén, para que no se enfríe el aceite. Déjalos unos segundos por cada lado hasta que estén dorados y crujientes.
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Sácalos con cuidado y colócalos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
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Cuando aún estén templados, retira con suavidad los tubos metálicos y deja que enfríen del todo antes de rellenarlos. Si intentas rellenarlos en caliente, la masa se ablandará.
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Rellenamos los cannoli
Mientras se enfrían, prepara el relleno. Pon 1000 g de ricotta bien escurrida en un bol grande (cuanto más seca esté, mejor quedará la crema). Añade 300 g de azúcar glas y bate hasta obtener una textura cremosa y uniforme. No hace falta batir demasiado, solo hasta que se integre bien el azúcar.
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Funde 100 g de chocolate negro al baño maría o en el microondas, en intervalos cortos, removiendo para que no se queme.
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Baña las puntas de cada tubo de masa frita en el chocolate y colócalos sobre papel de horno hasta que el chocolate se endurezca un poco.
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Luego, con una manga pastelera, rellena cada cannolo desde los dos extremos, asegurándote de que la crema llegue bien al centro.
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Espolvorea los bordes con pistachos picados y, justo antes de servir, añade un poco de azúcar glas por encima.
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Y ya está, unos cannoli sicilianos caseros, crujientes por fuera y cremosos por dentro, tal como los preparan en Sicilia.
Consejos para hacer cannoli como en Sicilia
- Amasa bien y deja reposar la masa: Es fundamental que la masa repose al menos una hora en la nevera. Esto hace que sea más fácil estirarla y que no se encoja al freír. Además, al reposar, los sabores se asientan mejor. Puedes preparar la masa de un día para otro y mantenerla tapada en la nevera sin problema.
- Cuidado al freír: Mantén el aceite a temperatura constante, alrededor de 170-180 °C, para que los cannoli queden dorados y crujientes sin absorber demasiado aceite. Si el aceite está muy caliente, se queman; si está frío, quedan grasientos. No sobrecargues la sartén, fríe de uno en uno o de dos en dos.
- Relleno seco y cremoso: La ricotta debe estar bien escurrida antes de mezclarla con el azúcar glas. Si queda demasiado líquida, los cannoli se humedecen y pierden su crujiente. Además del relleno clásico, puedes darle un toque diferente añadiendo pequeñas gotas de chocolate o trocitos de fruta confitada. Si necesitas preparar el relleno con antelación, puedes guardarlo en la nevera hasta 24 horas. Mejor rellenar los cannoli justo antes de servir.
- Decoración y chocolate: Para que las puntas bañadas en chocolate queden firmes, espera a que se endurezca antes de manipularlos. Puedes añadir pistachos picados o, si quieres algo más tradicional, unas tiras finas de cáscara de naranja confitada sobre el chocolate. Esto le da un toque colorido y un aroma especial sin complicaciones.
- Conservación: Los cannoli fritos sin rellenar se pueden guardar en un recipiente hermético a temperatura ambiente por un máximo de 2-3 días.
Cómo acompañar los cannoli
Los cannoli son un postre que se disfruta mejor recién hechos, pero también se pueden acompañar de manera sencilla y deliciosa. Un clásico es servirlos con un café espresso bien cargado, que contrasta perfectamente con la dulzura de la ricotta. También van muy bien con un vino dulce italiano, como un Marsala o un Passito de Sicilia, para quienes quieran un toque más sofisticado.
Bueno, ya casi terminamos. Espero que con esta receta de cannoli te sientas un poco como en Sicilia, entre la masa crujiente, el relleno cremoso y el toque de chocolate y pistachos. Es un postre que siempre sorprende y gusta a toda la familia, y la verdad, hacerlo en casa tiene su encanto. ¡Que los disfrutes mucho!
Si buscas otras recetas sicilianas, no puedes dejar de probar los arancini, unos croquetas de arroz rellenas de carne o queso que se comen calientes y crujientes, la cassata, un pastel de ricotta y bizcocho cubierto de mazapán y frutas confitadas típico de las celebraciones, la ensalada de hinojo y naranja, fresca y ligera, perfecta para acompañar cualquier comida con su mezcla de sabores dulces y anisados, la pasta alla Norma, un plato de pasta con berenjena, tomate y ricotta salata que es todo un clásico de Catania, y la pasta con le sarde, una receta tradicional de pasta con sardinas, piñones y hinojo que combina sabores del mar y de la tierra de forma deliciosa.
