Cómo cocinar con solomillo de cerdo
El solomillo de cerdo puede parecer muy sencillo, pero tiene sus trucos si queremos que quede jugoso y con sabor. Aquí van algunas claves útiles:
No lo cocines demasiado
Es una carne magra y, si se pasa de cocción, se queda seca muy fácilmente. Lo ideal es sellarlo bien por fuera y dejar el centro ligeramente rosado, sobre todo si lo cocinas entero.
Déjalo reposar antes de cortarlo
Después de cocinarlo, espera unos minutos antes de cortarlo. Así los jugos se redistribuyen y queda mucho más tierno.
Prueba marinados sencillos
Un marinado con mostaza, ajo, miel, soja o incluso zumo de naranja puede transformar completamente el sabor del solomillo. Con una hora de reposo es suficiente.
Funciona tanto en filetes como entero
Puedes cortarlo en medallones para cenas rápidas a la plancha, o hacerlo entero al horno con guarnición si tienes más tiempo. Admite muchas formas de cocinado.
Congélalo sin miedo
El solomillo crudo se congela perfectamente. Y si ya lo has cocinado (por ejemplo, al horno o en salsa), congélalo con su jugo para que no se reseque al recalentarlo.
Beneficios nutricionales del solomillo de cerdo
Aunque a veces el cerdo tiene mala fama, el solomillo es una de las partes más magras y puede incluirse sin problema en una dieta equilibrada:
Alto en proteínas de calidad
Es una buena fuente de proteína completa, ideal para mantener la masa muscular y saciarnos sin recurrir a grasas innecesarias.
Bajo en grasa
A diferencia de otras piezas del cerdo, el solomillo tiene poca grasa, lo que lo convierte en una opción ligera y saludable si se cocina sin salsas muy pesadas.
Rico en vitaminas del grupo B
Contiene B1, B3, B6 y B12, que ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso y al metabolismo energético.
Fuente de minerales esenciales
Aporta hierro, zinc y fósforo, que son importantes para la formación de glóbulos rojos, el sistema inmunológico y la salud ósea