A veces nos obsesionamos con buscar súper alimentos exóticos para empezar la alimentación complementaria cuando tenemos el arroz, ese básico de toda la vida, que puede funcionar perfectamente si lo usamos bien. Claro, también es cierto que lo del arsénico nos ha metido un poco el miedo en el cuerpo y surgen mil dudas sobre si conviene dárselo o no.
Por eso en este artículo queremos aclarar todo lo que hay que saber sobre el arroz para bebés: cuándo ofrecerlo, cómo prepararlo según la edad, qué tipo es mejor, qué pasa con el arsénico y hasta qué hacer con las tortitas de arroz que tanto vemos en los supermercados.
¿Cuándo se puede dar arroz a un bebé?
El arroz se puede ofrecer desde los 6 meses, justo cuando empezamos con la alimentación complementaria, siempre que el bebé esté preparado para empezar con sólidos. La clave no es tanto la edad exacta sino cómo lo servimos: debe estar bien cocido, ser fácil de manipular por el bebé y adaptado a su desarrollo.
Lo que no se recomienda como primera opción es el típico cereal de arroz industrial, ya que tiene mayor concentración de arsénico y pocas ventajas nutricionales comparado con otros alimentos.
Cómo ofrecer arroz al bebé según su edad
6 a 8 meses
A estas edades, el arroz blanco debe estar muy bien cocido. Podemos hacer crema de arroz o triturarlo un poco mezclado con caldo, leche materna o fórmula. También se pueden formar bolitas de arroz cocido y húmedo, que se deshagan con facilidad al contacto con la boca. Incluso los fideos de arroz finos cocidos bien blanditos son una opción válida.
9 a 18 meses
Es buena etapa para empezar a ofrecer el arroz en recetas más variadas como onigiris o pequeñas tortitas. También se puede servir solo, bien aplastado con el tenedor para que los granos se peguen y sea más fácil de coger. Si queremos añadir proteína o verdura, podemos incluirlas dentro de las bolitas o tortitas.
18 meses a 3 años
En este momento muchos niños ya manejan bien los cubiertos, aunque algunos seguirán prefiriendo las manos, sobre todo con el arroz. Podemos servirlo como parte de un plato combinado, hacer mezclas con legumbres, pollo o pescado, o incluso probar con algún arroz caldoso si les gusta el sabor.
3 años o más
A partir de esta edad ya es más seguro ofrecer preparaciones densas y pegajosas como tortitas de arroz, croquetas blandas o incluso albóndigas con arroz, siempre que estén bien cocinadas, cortadas en tiras alargadas o aplastadas, y bajo supervisión. Este tipo de texturas pueden resultar difíciles de manejar si se ofrecen en piezas grandes o con forma redonda, así que conviene adaptarlas siempre para reducir el riesgo de atragantamiento.
¿El arroz es peligroso o puede provocar alergia?
Aquí la cosa tiene matices. El arroz no es un alérgeno común, pero en algunos casos puede provocar SEIPA (también conocido como FPIES), que es una reacción alérgica retardada no mediada por IgE. No da urticaria ni picor, sino vómitos intensos varias horas después de comer. Si tu peque ya tiene SEIPA a otro alimento, es importante comentarlo con el alergólogo antes de introducir arroz.
Por otro lado, aunque el arroz no está en las listas de alimentos con alto riesgo de atragantamiento, sí puede provocar aspiración, sobre todo si se dan granos sueltos en bebés muy pequeños. El arroz cocido se dispersa en la boca y puede llegar a las vías respiratorias si no se traga bien. Para evitarlo, mejor ofrecerlo en forma de gachas, bolitas o aplastado.
Beneficios del arroz para bebés y niños

El arroz es un alimento energético, fuente de hidratos de carbono fáciles de digerir. El arroz blanco enriquecido aporta folato y algo de hierro, aunque el arroz integral y otras variedades tienen más fibra, minerales y proteínas. Además, el arroz combina bien con casi cualquier otro alimento: legumbres, carnes, pescados, verduras…
Eso sí, hay que tener en cuenta el tema del arsénico. Este metal está presente de forma natural en el agua y la tierra, y el arroz tiende a absorberlo más que otros cultivos. Para reducir su presencia podemos remojar el arroz durante varias horas y enjuagarlo bien antes de cocinarlo. También es buena idea alternar tipos de arroz o elegir variedades que suelen tener menos arsénico, como el arroz basmati o el arroz de sushi.
¿Se deben evitar los cereales de arroz para bebés?

No hace falta prohibirlos, pero tampoco es necesario ofrecerlos como primera opción. Los cereales de arroz comerciales están muy procesados y tienden a tener más arsénico porque concentran el grano. Mejor optar por versiones caseras con arroz basmati o sushi bien cocido y triturado, o por cereales alternativos como la quinoa, el mijo, la polenta o el amaranto.
En resumen: no es que sean peligrosos por sí solos, pero tampoco aportan nada que no puedas conseguir con otros alimentos más variados.
¿Qué tortitas de arroz son seguras para bebés?
Las tortitas de arroz inflado gruesas o las de tipo mochi no son adecuadas porque pueden pegarse al paladar o al fondo de la garganta. En cambio, hay galletas de dentición muy finas, hechas con varios cereales, que se ablandan enseguida con la saliva y no presentan tanto riesgo.

Si quieres ofrecer una galleta de arroz, asegúrate de que sea plana, fina y que el bebé esté siempre sentado y supervisado mientras la toma.
¿Qué tipo de arroz tiene menos arsénico?
En general, el arroz blanco suele tener menos arsénico que el integral, porque se eliminan las capas exteriores del grano donde más se acumula este metal. El arroz basmati (sobre todo el indio y el pakistaní) y el arroz blanco de sushi son dos buenas opciones por su bajo contenido.
El arroz orgánico no garantiza menor arsénico. Todo depende del tipo de tierra y agua donde se haya cultivado, no de si es ecológico o no.
Alternativas al arroz con menos arsénico
Una buena idea para reducir la exposición al arsénico es variar los cereales. El amaranto, el mijo, la polenta, la quinoa, el trigo sarraceno o el teff tienen niveles mucho más bajos. También ayudan a ampliar sabores y texturas desde pequeños, lo cual favorece la aceptación de alimentos nuevos:






































