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La temporada de frambuesas en España va de mayo a octubre, por lo que ya están dando sus últimos coletazos en los mercados. Si te cruzas con una bandeja bien roja y jugosa en el súper, no la dejes escapar, porque es el momento perfecto para hacer una buena mermelada de frambuesa casera. Así podrás disfrutar su sabor durante todo el invierno en tus tostadas del desayuno.
Prepararla en casa no tiene misterio y la diferencia con las industriales se nota desde el primer bocado. En esta mermelada casera no hay colorantes ni conservantes, solo frambuesas, azúcar y un poco de zumo de limón. En menos de una hora tendrás varios tarros listos, con ese aroma y sabor que solo tiene lo hecho a mano, y la satisfacción de haber aprovechado la fruta de temporada hasta el final.
Receta de mermelada de frambuesa
Ingredientes
- 500 g de frambuesas frescas (o congeladas, previamente descongeladas)
- 250 g de azúcar blanco (1 ¼ taza)
- Zumo de ½ limón (unas 2 cucharadas)
Cómo hacer mermelada de frambuesas
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Lavamos las frambuesas con suavidad y las dejamos escurrir bien. Si usamos frambuesas congeladas, las descongelamos completamente y retiramos el exceso de agua.
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Ponemos los 500 g de frambuesas en una cazuela amplia junto con los 250 g de azúcar y el zumo de ½ limón. Removemos y dejamos reposar unos 15 minutos para que la fruta suelte su jugo.
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Llevamos la cazuela a fuego medio y, cuando empiece a hervir, bajamos la temperatura. Cocinamos sin tapar durante 25-30 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue.
Si queremos una textura más fina, podemos triturarla con batidora o pasarla por un colador para quitar las semillas. Si preferimos una mermelada con textura más rústica, la dejamos tal cual.
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Comprobamos el punto de cocción poniendo una gota sobre un plato frío: si al pasar el dedo se forma un surco que no se cierra, ya está lista.
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Vertemos la mermelada caliente en tarros esterilizados, los cerramos bien y los colocamos boca abajo durante 10 minutos para hacer el vacío. Con estas cantidades salen unos 3 botes medianos (unos 750 g en total).
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Ahora ya solo nos queda disfrutar de esta deliciosa mermelada de frambuesas casera.
Consejos para hacer mermelada de frambuesas
Hacer mermelada parece sencillo (y lo es), pero hay pequeños trucos que marcan la diferencia:
- Ajusta el azúcar según la fruta. Si las frambuesas están muy maduras y dulces, puedes reducir el azúcar hasta 200 g. Si están ácidas, mantenlo en 250 g o incluso un poco más.
- Controla la cocción. Si la dejas demasiado tiempo, se espesará en exceso al enfriar. Siempre es mejor retirarla un pelín antes de que esté perfecta: al enfriar gana cuerpo.
- Esteriliza los tarros correctamente. Hiérvelos en agua durante 15 minutos junto con sus tapas y déjalos secar boca abajo sobre un paño limpio antes de llenarlos.
- Para espesar sin pectina. Si la mermelada queda líquida, puedes añadir una manzana rallada (con piel y pepitas, que contienen pectina natural) y cocer 10 minutos más. Luego cuélala si no quieres trozos.
- Mantén el color intenso. Añadir el zumo de limón no solo ayuda a conservarla mejor, también evita que se oscurezca al cocinarse.
Cómo conservar la mermelada de frambuesa
Una vez hecha, la conservación es tan importante como la cocción:
- Si has hecho el vacío correctamente, los tarros se pueden guardar en un lugar fresco y oscuro hasta un año.
- Una vez abiertos, guárdalos siempre en la nevera y consúmelos en 3-4 semanas.
- También puedes congelarla. Si prefieres evitar el proceso de vacío, deja enfriar la mermelada, repártela en recipientes herméticos y congélala. Dura hasta 6 meses sin problemas.
- Evita la humedad. Al usarla, siempre utiliza una cuchara limpia y seca para no contaminar el tarro
Preparar mermelada de frambuesa casera es de esas cosas que te hacen sentir un poco “abuela moderna”: mezclas, remueves, pruebas, llenas tarros… y de repente tienes el desayuno del invierno resuelto. Si te animas, puedes aprovechar y hacer también mermelada de higos, de uvas o de naranja amarga, que son igual de fáciles y te dejan la despensa lista para todo el año.
