Las pencas de acelga muchas veces se quedan olvidadas, como si fueran la parte menos interesante de la verdura. Pero si las cocinas bien, tienen su punto. Con un buen rebozado, quedan crujientes por fuera, suaves por dentro, y se convierten en ese entrante que todo el mundo se acaba comiendo sin preguntar qué es. Es una forma muy práctica de aprovecharlas cuando haces recetas con acelgas y te sobran las pencas, o directamente para darles todo el protagonismo.
Esta receta es muy sencilla: solo necesitas cocer las pencas, pasarlas por harina, huevo y freírlas. Si tienes pan rallado, puedes añadirlo al final para que queden aún más crujientes. Puedes servirlas tal cual, o con un chorrito de limón si te gusta ese contraste de sabores.
Receta de pencas de acelgas rebozadas
Ingredientes
- Pencas de acelga (las de un manojo grande, unas 8-10 tiras)
- Harina para rebozar
- 2 huevos
- Pan rallado (opcional)
- Sal
- Limón en gajos
- Aceite para freír (de oliva suave o de girasol)
Cómo rebozar las pencas de acelga
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Limpiamos bien las pencas y quitamos los hilos laterales con un cuchillo pequeño.
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Las cortamos en trozos de unos 10 cm.
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Las cocemos en agua con sal durante 10-12 minutos, hasta que estén tiernas. Escurrimos y dejamos que pierdan un poco de humedad.
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Rebozamos: primero harina, luego huevo batido y, si queremos, pan rallado.
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Freímos en aceite caliente por tandas, hasta que estén doradas.
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Escurrimos sobre papel absorbente y servimos con unas rodajas de limón al lado.
Consejos para unas pencas de acelgas rebozadas crujientes
- No sobrecargues la sartén: si las fríes todas a la vez, baja la temperatura del aceite y no se doran bien.
- Si las cueces con antelación, guárdalas bien secas: así el rebozado agarra mejor.
- Puedes hacerlas sin pan rallado, pero con él quedan más crujientes.
- Quedan bien tanto calientes como templadas, así que puedes dejarlas listas con algo de antelación si las necesitas para una comida o cena.
Más recetas con acelgas fáciles
Si te sobran las hojas, tienes varias opciones fáciles. Van genial en una crema de acelgas suave, en una sopa ligera o en una tortilla de acelgas. También puedes saltearlas con ajo o añadirlas a un arroz con acelgas valenciano. Y si te han gustado estas rebozadas, prueba un día a preparar pencas de acelgas rellenas: se pueden hacer con jamón y queso, con atún o con lo que tengas por la nevera, y luego pasarlas por huevo y freírlas igual que en esta receta. Quedan muy jugosas y cambian por completo el plato. Aprovechar toda la acelga en distintos platos ayuda a variar un poco sin tener que comprar ingredientes nuevos: