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No sé en tu casa, pero en la mía Halloween se ha convertido en una excusa perfecta para meternos en la cocina y montar un pequeño lío divertido. Estas tartaletas de Halloween son de esas recetas que triunfan siempre: tienen un punto terrorífico, pero al final acaban pareciendo más monas que otra cosa. Además, se preparan con ingredientes muy sencillos, de los que seguro tienes en casa o encuentras fácilmente.
A mí me gusta hacerlas con los niños, sobre todo porque se lo pasan bomba decorando los “ojos” de las tartaletas de Halloween. Lo bueno es que el relleno es de frutos rojos, así que además de riquísimas, quedan con ese color entre rojo y morado que da justo el efecto que buscamos. Y el centro del ojo, que parece tan real, en realidad es una ciruela pasa, nada más.
Eso sí, te aviso: cada año tengo que hacer el doble de cantidad porque desaparecen del plato antes de que lleguen los invitados. Mira que les digo que son para después de la cena… pero nada, no llegan nunca. Así que si te animas a prepararlas, te aconsejo que guardes un par aparte para ti, por si acaso.
Receta de tartaletas de Halloween de miedo
Ingredientes
- 2 láminas de masa quebrada o brisa (también puedes usar hojaldre)
- 300 g de frutos rojos (frescos o congelados)
- 80 g de azúcar
- 1 cucharadita de maicena (harina de maíz)
- 1 cucharada de zumo de limón
- 6 ciruelas pasas sin hueso
- 1 huevo batido (para pintar la masa)
- 100 g de azúcar glas (para el glasé)
- Unas gotas de limón (para el glasé)
Cómo hacer tartaletas fáciles de Halloween
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Lo primero es preparar el relleno, que se hace en un momento. Pon los frutos rojos en un cazo con el azúcar y el zumo de limón. Caliéntalo a fuego medio y remueve de vez en cuando, hasta que la fruta empiece a soltar su jugo. Diluye la maicena en una cucharada de agua fría y añádela a la mezcla. Cocina un par de minutos más, hasta que veas que espesa un poco, como una compota. Luego retíralo del fuego y deja que se temple mientras preparas la masa.
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Extiende una de las láminas de masa quebrada sobre la encimera y corta círculos algo más grandes que los moldes que vayas a usar. Engrasa los moldes con un poco de mantequilla o spray desmoldante, y coloca los círculos de masa, presionando bien para que se ajusten a las paredes. Rellena cada tartaleta con una o dos cucharadas de la mezcla de frutos rojos, sin llegar al borde para que no se salga durante el horneado.
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Con la segunda lámina de masa, corta otros círculos del mismo tamaño para tapar las tartaletas. Coloca encima las tapas de masa, presionando los bordes con los dedos o con un tenedor para sellarlas. En el centro pon una ciruela pasa, que hará de ojo. Luego con los recortes de masa que te han quedado, corta trozos con una forma aproximada de semicírculo y colócalos sobre las ciruelas, pegando el borde con huevo batido.
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Pinta la superficie de las tartaletas con huevo batido para que queden doradas. Llévalas al horno precalentado a 180 ºC durante unos 20 o 25 minutos, o hasta que veas que la masa está dorada y crujiente. Sácalas y déjalas enfriar sobre una rejilla.
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Cuando estén completamente frías, prepara el glasé mezclando el azúcar glas con unas gotas de agua y un poco de zumo de limón, solo lo justo para conseguir una textura espesa. Con una cucharita o una manga pequeña, pon un poco alrededor de la ciruela para simular la parte blanca del ojo. Deja que se seque unos minutos, y listo.
Consejos para hacer tartaletas de Halloween perfectas
- Usa frutos rojos congelados si no encuentras frescos. No pasa nada, salen igual de bien. Solo acuérdate de descongelarlos antes y escurrir el exceso de líquido para que el relleno no quede demasiado aguado. Si los echas directamente del congelador, la mezcla tarda más en espesar y puede mojar la masa.
- No te saltes el paso de dejar enfriar el relleno. Parece una tontería, pero si lo pones caliente sobre la masa, esta se ablandará y perderá la textura crujiente. Lo ideal es dejarlo reposar unos veinte minutos antes de montar las tartaletas.
- Sella bien los bordes. Cuando pongas la tapa de masa encima, presiona con los dedos o con un tenedor para que no se abran durante el horneado. Así evitas que el jugo del relleno se escape y se queme por los lados, que luego cuesta de limpiar.
- Puedes preparar las tartaletas con antelación. Si las haces el día anterior, guárdalas en un recipiente hermético a temperatura ambiente.
- Se pueden congelar sin problema. Lo mejor es hacerlo antes de hornear: las montas, las colocas en una bandeja y las metes al congelador. Cuando estén duras, las pasas a una bolsa con cierre. Luego, solo tienes que hornearlas directamente sin descongelar, sumando unos minutos más al tiempo de cocción.
- Cuida el glasé. Si te queda muy líquido, se escurre y pierde el efecto del ojo. Tiene que estar espeso, casi como una pasta. Puedes probarlo con una cucharita: si al levantarla cae lentamente, está en su punto.
Cómo acompañar las tartaletas de Halloween
Estas tartaletas de Halloween ya llaman la atención por sí solas, pero si quieres montar una mesa divertida, puedes acompañarlas con bebidas de Halloween que sigan el mismo rollo. En casa solemos preparar un ponche de frutas con zumo de naranja, trocitos de manzana y un poco de refresco con gas. Si le añades unos cubitos con frutas dentro, parece una pócima mágica, y los niños se lo pasan genial.
Estas tartaletas para Halloween también quedan muy bien servidas con una bola de helado de vainilla o de yogur. El contraste frío del helado con el relleno de frutos rojos tibio es una maravilla. Si las sirves justo después de sacarlas del horno, aún templadas, el helado se derrite un poco y hace una mezcla buenísima.
Si las haces para una cena de Halloween con adultos, puedes acompañarlas con una copa de vino dulce o un café cargado, que equilibra el punto ácido de los frutos rojos. Y si te sobran, no pasa nada: al día siguiente están igual de ricas, incluso frías, con un poco de yogur natural o nata montada por encima.
Bueno, pues ya ves que no tiene ningún misterio. Estas tartaletas son de esas recetas de Halloween que parecen muy elaboradas, pero en realidad se hacen en un rato y el resultado es de lo más vistoso. En casa, cada año acabamos inventando versiones nuevas: un año les pusimos pepitas de chocolate en el relleno, otro hicimos la pupila con una mora en lugar de ciruela… al final lo divertido es dejar que los peques se manchen las manos y participen.
Si las pruebas, ya verás cómo se convierten en un clásico de tus fiestas, ideales para comer mientras se cuentan historias de miedo. Y si las llevas al cole o a una merienda con amigos, prepárate para que te pidan la receta.
Así que nada, ya tienes una idea sencilla, original y resultona para sorprender en Halloween. Pruébalas, y luego me cuentas si los “ojos” causaron sensación o susto…
Si quieres montar una mesa de Halloween que deje a todo el mundo sin palabras, te aconsejo otras recetas con las que triunfas seguro, como las galletas de Halloween o los dedos de bruja, dos versiones de “cookies” de miedo. El toque esponjoso lo puedes dar con estas magdalenas de Halloween de calabaza, y ya para lucirte del todo, puedes hacer estos sombreros de bruja rellenos con chuches que los invitados pueden llevarse a casa.
