Si alguna vez has viajado por el norte de Portugal, probablemente hayas probado el caldo verde, esa sopa humilde que aparece en casi todos los menús y en muchas casas, sobre todo cuando refresca.
Es una receta sencilla, que, como muchas otras tiene un origen humilde, pero que al final ha conquistado a todo el mundo y se ha convertido en símbolo de la gastronomía portuguesa: la combinación de patata, berza (o kale tan de moda ahora) muy finamente cortada y un chorrito de buen aceite de oliva. Nada más, y nada menos. ¡Te contamos cómo hacerlo!
Receta de caldo verde
Ingredientes
- 500 g de patatas (unas 4 medianas)
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 150 g de berza o kale cortada en tiras muy finas
- 100 g de chorizo portugués (o similar, opcional)
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Cómo hacer caldo verde tradicional de Portugal
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Pelamos las 500 g de patatas, 1 cebolla grande y 2 dientes de ajo.
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Cortamos las patatas en trozos medianos y la col gallega o berza (unos 150 g) en tiras muy finas, casi como hilos.
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En una olla, calentamos 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y sofreímos la cebolla y el ajo durante unos minutos, hasta que empiecen a dorarse ligeramente.
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Añadimos las patatas, removemos un par de minutos para que se impregnen del aceite y vertemos 1,5 litros de agua o caldo de verduras. Echamos una pizca de sal y dejamos cocer a fuego medio durante unos 25 minutos, hasta que las patatas estén blandas.
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Trituramos todo con la batidora hasta obtener una crema suave y sin grumos. Si queda demasiado espesa, añadimos un poco más de agua caliente.
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Incorporamos la col cortada en tiras finas y cocemos unos 10 minutos más, hasta que esté tierna pero aún con algo de textura.
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Mientras tanto, cortamos 100 g de chorizo portugués en rodajas y lo doramos en una sartén aparte durante un par de minutos, para que suelte parte de la grasa. Lo incorporamos en los últimos minutos al caldo verde.
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Servimos el caldo verde caliente, con las rodajas de chorizo por encima y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Cómo acompañar el caldo verde
En Portugal se suele servir como entrante o como plato único. Lo acompañan con pan de maíz (broa), que tiene una miga densa y un sabor ligeramente dulce que combina muy bien con la sopa. También va genial con una rebanada de pan tostado con aceite y ajo.
Si lo preparas como plato principal, puedes servir una ensalada al lado o un poco de queso curado portugués para completar el menú.

Consejos para hacer caldo verde
Aunque es una receta sencilla, tiene ciertos detalles que marcan la diferencia:
- La col debe ir muy fina: casi como hilos. Así se integra mejor con la crema de patata. Si no encuentras col gallega, puedes usar berza, kale o incluso espinaca.
- El aceite de oliva es esencial. Usa uno de buena calidad, porque su sabor es protagonista.
- El chorizo es opcional. Tradicionalmente se añade un poco para dar sabor, pero también puedes hacerlo vegetariano sin problema.
- Para una textura más ligera, sustituye parte del agua por caldo de verduras casero.
- Congelación: el caldo verde se conserva bien en la nevera 2-3 días y también se puede congelar (sin el chorizo).
Preguntas frecuentes sobre el Caldo Verde portugués
¿Qué tipo de col se usa para el Caldo Verde?
Lo ideal es la col gallega, que tiene hojas grandes y planas, pero también puedes usar berza o kale. Lo importante es cortarla muy fina.
¿Se puede hacer sin batidora?
Sí. En ese caso, puedes machacar las patatas con un tenedor o pasapurés. No quedará tan fino, pero conserva ese aire rústico original.
¿Puedo usar caldo de pollo en lugar de agua?
Claro. Le da más sabor, aunque en la receta tradicional se utiliza agua.
¿Por qué se llama “Caldo Verde”?
Por el color que le da la col, que al cocerse y mezclarse con la crema de patata deja un tono verdoso característico.

El caldo verde portugués es de esas sopas de toda la vida que no necesitan presentación. Lleva pocos ingredientes, se hace rápido y entra de maravilla cuando apetece algo caliente sin liarse mucho en la cocina. Si te animas a prepararlo, verás que no tiene ningún misterio y que queda una sopa suave y muy casera.
Y si te animas a completar el menú con otras recetas portuguesas prueba el bacalao a la portuguesa, una Francesinha o, como postre unos pasteles de Belém:








































