¿Has probado un pretzel en Alemania y te has enamorado? O tal vez en alguna tienda con productos típicos, o… en realidad no importa dónde, lo cierto es que el pretzel o bretzel es un panecillo delicioso, con un sabor característico que no depende de los ingredientes de la masa sino de la cocción, ya te lo vamos a contar.
Puedes preparar tranquilamente los pretzels en casa, los ingredientes son simples y el truco para que tengan esa corteza dura y dorada te va a sorprender, pero no es nada complicado. Así que prepara una buena cervecita para comerte un pretzel al mejor estilo bávaro.
¿Qué son los pretzels?
Los pretzels o bretzels -son conocidos con ambos nombres- son unos panecillos en forma de lazo, con un sabor ligeramente salado. Son originarios de Alemania, aunque también se consumen en Austria y en la Suiza alemana. Existen dos tipos: los que son duros como galletas, y los de pan blando, que son los que prepararemos hoy. Estos panecillos se pueden saborizar añadiendo especias en polvo, o espolvorear con semillas.
Como os decíamos, el secreto de esa corteza dura y muy dorada está en la cocción: antes de cocinarlos en el horno, se escaldan en una mezcla de agua y sosa cáustica o bicarbonato de sodio. Nosotros hemos optado por el bicarbonato, más sencillo de usar y más seguro. Este baño le da un sabor particular a la corteza, que lo diferencia de cualquier otro panecillo. Además hace que la corteza se dore muchísimo y no permita a los bretzels de crecer mucho, por lo que la miga queda más gomosa y húmeda. De todos modos, si no queréis hacer el escaldado, podéis pincelar los pretzels con huevo y hornearlos directamente. Pero os advertimos que el sabor no será el característico de estos panes alemanes.
Receta de pretzel caseros
Ingredientes
- 500 g de harina (unas 4 tazas)
- 250 ml de leche
- 1 huevo
- ½ cubo de levadura fresca (21 g)
- 50 g de mantequilla blanda
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar
Para la masa de pretzel
- 2 litros de agua
- 50 g de bicarbonato de sodio
Para bañar los pretzels
- 1 huevo
- Un poco de sal gruesa para espolvorear
Para decorar
Cómo hacer pretzels caseros
-
Disuelve la levadura en un poco de leche tibia con el azúcar y déjala reposar 10 minutos hasta que empiece a formar espuma.
-
En un bol grande mezclamos 500 g de harina, 1 cucharadita de sal y 1 cucharadita de azúcar.
-
Añade la leche con levadura, el huevo y los 50 g de mantequilla ablandada a la harina.
-
Amasamos hasta obtener una masa lisa y elástica, unos 8–10 minutos a mano o 5 minutos con amasadora
-
Cubre la masa de levadura y déjala reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, hasta que aproximadamente haya duplicado su tamaño.
-
Desgasificamos la masa amasando nuevamente de forma breve, y luego divídela en ocho porciones de 100 g cada una.
-
Primero, forma una bola con cada porción y luego extiéndela hasta formar una tira de 45 cm de largo. Asegúrate de que los extremos de la tira terminen en punta, es decir, que sean más delgados que el resto del rollo.
-
Dale forma de herradura o “U” a cada tira, junta ambos extremos en el centro y enróllalos dos veces.
-
Presiona los extremos sobre el pretzel y déjalo reposar, tapado, durante 15 minutos más en un lugar cálido.
-
Pon a hervir agua en una olla grande. Incorpora con cuidado el bicarbonato de sodio (¡cuidado: burbujeará mucho!).
-
Sumerge los pretzels, uno a uno, en la solución de bicarbonato hirviendo durante unos 30 segundos y luego colócalos en una bandeja para hornear forrada con papel vegetal.
-
Pincela con huevo batido, espolvorea con un poco de sal gruesa.
-
Horneamos en horno precalentado a 200 °C durante 12–15 minutos hasta que estén bien dorados
-
Dejamos templar ligeramente sobre una rejilla y servimos todavía tibios.
Un poco de historia y origen del pretzel
El origen del pretzel se remonta a la Edad Media, alrededor del siglo VII, en monasterios del sur de Alemania, Austria y norte de Italia. La historia más extendida cuenta que un monje habría creado este tipo de pan con la forma de brazos cruzados en oración como recompensa comestible para niños que aprendían sus oraciones. De ahí vendría la simbología religiosa del lazo, que representaba manos entrelazadas rezando.
Durante siglos, el bretzel se consolidó como un pan muy ligado a celebraciones religiosas, especialmente a la Cuaresma, ya que su receta básica no llevaba ingredientes “prohibidos” como leche o huevos en origen. Con el tiempo se popularizó en panaderías centroeuropeas y terminó convirtiéndose en un símbolo gastronómico de Alemania, especialmente de Baviera.
En el siglo XIX, los emigrantes europeos llevaron los pretzels a Estados Unidos, donde evolucionaron hacia versiones más dulces, crujientes o industrializadas en forma de snack. Aun así, el soft pretzel (pretzel blando) sigue siendo un alimento callejero muy típico en ferias, partidos de béisbol y mercados navideños.
Tipos de pretzel más conocidos

Hoy en día encontramos varias versiones del pretzel según la zona y la elaboración:
- Pretzel clásico bávaro (Brezel): El original alemán: grande, blando por dentro, corteza brillante gracias al baño de bicarbonato y espolvoreado con sal gruesa.
- Soft pretzel americano: Muy parecido al bávaro, suele ser algo más grande y ligeramente más dulce. Se acompaña a menudo con salsas, queso fundido o mostaza.
- Pretzel crujiente: La versión seca tipo snack. Pequeños lazos horneados hasta quedar muy crujientes. Nada que ver con el pretzel artesanal blando, pero muy populares fuera de Europa.
- Pretzel relleno: Variedades modernas que se rellenan con queso, bacon, salchicha o incluso cremas dulces antes del horneado.
- Pretzel dulce: Sin sal, cubiertos con azúcar y canela, glaseados o bañados en chocolate, típicos de ferias y mercados.
- Pretzel de mantequilla (Butterbrezel): El brezel tradicional abierto por la mitad y relleno de mantequilla fría, muy habitual en desayunos y meriendas en Alemania.
- Brezelbrötchen: Un híbrido entre pretzel y panecillo. Es un bollo redondo elaborado con masa de pretzel que pasa también por el baño de bicarbonato antes del horneado, por lo que mantiene el mismo color oscuro, aroma característico y sabor ligeramente alcalino. No tiene forma de lazo, pero técnicamente es un pretzel en forma de panecillo, muy común en panaderías alemanas para hacer bocadillos
Consejos para que los pretzels salgan perfectos
- El baño en bicarbonato es absolutamente imprescindible. No te lo saltes ni reduzcas el tiempo, porque es lo que da el color tostado profundo y ese aroma inconfundible. Sin este paso los pretzels quedarán pálidos y sin carácter.
- La masa tiene que quedar muy bien amasada y suave. Si está demasiado pegajosa, añade solo una pizca más de harina; no conviene pasarse o quedarán duros.
- Cuando formes las tiras, hazlo sin apretar demasiado la masa. Necesita algo de elasticidad para expandirse tras el baño y durante el horneado.
- No prolongues más de 30 segundos el baño en agua con bicarbonato; un exceso puede dejar regusto amargo.
- El horneado debe ser a temperatura alta para sellar rápido la superficie y mantener el interior esponjoso

Estos pretzels son ideales como aperitivo salado, para una fiesta del Oktoberfest o simplemente para darse un capricho. Con unos sencillos trucos, tus pretzels quedarán brillantes y con la forma perfecta siempre.
Dominar los pretzels caseros es solo el primer paso para seguir explorando la cocina alemana en casa, una gastronomía sencilla, contundente y llena de recetas que se prestan muy bien a preparar sin complicaciones. Si te has quedado con ganas de más, merece la pena probar otros clásicos como las frikadellen (albóndigas alemanas), el tradicional kartoffelsalat, la famosa currywurst, la irresistible tarta Selva Negra, el navideño stollen o acompañar cualquier merienda con una taza caliente de glühwein.
Así puedes montar un pequeño menú alemán completo, combinando salados y dulces, y seguir ampliando tu repertorio más allá del pretzel, descubriendo platos que comparten la misma esencia: recetas populares, pensadas para disfrutar alrededor de la mesa.










































2 comentarios
Exelentes . Deliciosos. Repito la resetas
me encanto como me salieron los pretzzels, gracias por esplicarlo tan bien 🙂