Mini tartas refrescantes de piña y chocolate
No hay dulce que más nos guste en verano que las tartas fresquitas de frutas, ¿verdad? Aunque normalmente las preparamos grandes, de unos 16cm de diámetro, presentarlas en formato individual ¡es una gran idea! ¿Qué os parecen estas mini tartas de piña y chocolate para una fiesta?
Quedan muy bonitas y vistosas, lo mejor es no tener que ir cortando porciones. Ya tenemos las porciones preparadas y podemos servir a cada invitado su mini tarta sin ningún esfuerzo. ¡Seguro que les gusta muchísimo esta presentación!
Las tartas de fruta son muy facilitas de hacer y están ¡muy ricas! Esta vez las he preparado de piña, pero podéis cambiar la piña por melocotón, fresas… Esta receta da mucho juego.
Por encima lleva chocolate, os aseguro que es muy sencillo de hacer y además le da un contraste de sabores delicioso… seguro que ya estáis deseando probarlas. Os animo a hacerlas porque no son nada difíciles.
Mini tartas refrescantes de piña y chocolate
Base de galletas
- 160g galletas María
- 25g margarina
Mousse de piña
- 800g piña natural (de bote, sin el jugo)
- 6 hojas de gelatina
- 500g nata 35%mg
- 50g azúcar
Cobertura
- 200g chocolate para fundir
Cómo preparar mini tartas refrescantes de piña y chocolate
Trituramos las galletas en un procesador de alimentos o en el accesorio picador que trae la batidora hasta hacerlas polvo, añadimos la margarina y trituramos un poquito más.
Añadimos la base de galletas en los moldes, con una cuchara repartimos bien para que quede uniforme.
Ponemos las 6 hojas de gelatina a hidratar cubiertas con agua muy fría.
Trituramos la piña y la vertemos en un cazo. Luego, llevamos al fuego sin que rompa a hervir, cuando empiece a estar calentita añadimos las hojas de gelatina.
Mezclamos bien para ayudar a que se disuelvan correctamente, dejamos templar.
Montamos la nata junto con el azúcar y reservamos.
Una vez la piña esté templada, vamos añadiendo la nata montada poquito a poco (en tres veces) con una espátula. Vamos mezclando con movimientos envolventes.
Vertemos la mezcla de piña, nata y gelatina en los moldes pequeñitos y llevamos a la nevera durante toda la noche.
Al día siguiente, derretimos chocolate al baño María, dejamos que pierda un poquito de calor y vertemos el chocolate por encima de las mini tartas ya desmoldadas.
Llevamos de nuevo a la nevera hasta que el chocolate endurezca. Ahora sí: ¡a disfrutar!