Las recetas con patatas cocidas son tan versátiles como deliciosas. Desde guisos tradicionales hasta ensaladas frescas, las patatas cocidas son el ingrediente perfecto para crear platos sencillos pero llenos de sabor. Descubre cómo aprovechar al máximo este humilde tubérculo con nuestras propuestas.
Las patatas cocidas son ese ingrediente todoterreno que todos tenemos en la cocina. ¿Tienes un poco de prisa? Patatas. ¿Quieres preparar algo rico sin complicarte? Patatas. ¿Plato estrella en la mesa? ¡Pues claro, patatas! Lo mejor es que las patatas las puedes cocinar de mil formas y siempre están buenísimas. Pero hoy nos vamos a concentrar en las recetas con patatas cocidas, porque ¿qué hacemos si nos han sobrado patatas al cocerlas y queremos aprovecharlas…?
Aquí te traemos algunas recetas de patatas cocidas que te van a sacar de más de un apuro, tanto si tienes invitados como si simplemente te apetece comer algo rico y fácil.
Pero lo primero es lo primero, porque si vas a usar patatas cocidas hay que saber cocerlas bien. Habitualmente las patatas se cuecen con piel porque es la forma de que no se deshagan en el agua. Aquí te explicamos paso a paso la mejor forma de hacerlo:
Las papas aliñás son ese plato típico de Cádiz sencillo pero que nunca decepciona. Es básicamente cocer unas patatas y echarles un buen chorro de aceite de oliva y vinagre. Pero, cuidado, que aunque suene simple, cuando lo pruebas, te das cuenta de que tiene más gracia de la que parece. ¡Sabe a verano y a terraceo con amigos!
Las patatas alioli son el rey de los aperitivos. No sé qué tienen, pero las pones en la mesa y no duran ni cinco minutos. Entre el toque del ajo y lo suave de las patatas cocidas, es imposible resistirse. Son ideales para picar algo rápido o para acompañar cualquier comida.
Las patatas revolconas son sabor en estado puro. Se trata de machacar las patatas cocidas y mezclarlas con pimentón, para después coronarlas con unos torreznos bien crujientes. Suena sencillo, pero te aseguro que el resultado es de otro nivel. Este plato nunca falla cuando quieres algo contundente y sabroso.
El pulpo a la gallega es uno de esos platos que, cuando lo pruebas, te cambia la vida. Y, claro, las patatas cocidas no pueden faltar. Con su toque de pimentón y un buen chorro de aceite de oliva, se convierten en el complemento ideal para el pulpo. ¿La clave? Unas patatas bien tiernas y un buen pimentón.
Las bombas de patata son las campeonas de las tapas. Imagínate: patatas cocidas y trituradas, rellenas de carne picada bien especiada, rebozadas y fritas hasta que quedan crujientes por fuera y jugosas por dentro. Es el tipo de receta que, una vez que la pruebas, no puedes dejar de comer. Perfectas para cuando quieres lucirte sin complicarte demasiado.
El atascaburras o ajo mortero es uno de esos platos que, aunque el nombre suene curioso, te gana a la primera. Es un puré de patatas con bacalao desmigado que viene directo de La Mancha, y aunque parece sencillo, tiene un sabor de esos que reconforta. Lleva su toque de ajo, un chorrito de aceite de oliva, y lo coronamos con unas nueces. Ideal para cuando hace frío y quieres algo que te llene sin complicaciones.
La causa limeña es uno de los platos más emblemáticos de la cocina peruana, y su base de patata cocida es lo que le da ese toque tan característico. Patata bien prensada, combinada con limón, ají y un relleno que puede ser de pollo, atún o incluso mariscos, crea un contraste de sabores frescos y sabrosos. Es un plato que se disfruta tanto frío como a temperatura ambiente, perfecto para cuando buscas algo ligero pero lleno de sabor.
A veces queremos algo un poco más ligero, pero que siga estando rico. Ahí es donde entran las acelgas rehogadas con patatas. No hay que complicarse mucho, simplemente hervimos las patatas, rehogamos las acelgas con un buen aceite de oliva y listo. Un plato que sienta bien en cualquier momento.
El trinxat de la Cerdanya es un plato tradicional catalán que combina lo mejor de la patata cocida y la col. Con un toque de panceta o tocino crujiente, este plato sencillo se transforma en una delicia de sabores rústicos y reconfortantes. Ideal para los días fríos, su preparación es simple pero con un resultado que sabe a cocina de toda la vida. Perfecto para disfrutarlo como plato principal o acompañamiento.
El brazo de gitano de patata relleno es una receta tan sorprendente como deliciosa. La base de patata cocida y bien prensada se convierte en una especie de masa que se rellena con ingredientes al gusto: desde atún y pimientos, hasta gambas o jamón. Todo se enrolla y se sirve frío, lo que lo convierte en un plato perfecto para preparar con antelación y disfrutar en reuniones o como plato principal ligero y sabroso.
¿Qué sería de nuestras comidas sin el puré de patatas? Es uno de esos acompañamientos que va bien con todo. Cremoso, suave, y lo mejor: lo puedes hacer a tu gusto, con más o menos mantequilla, leche o incluso un toque de queso. Da igual con qué lo combines, siempre es una apuesta segura.
Las patatas duquesa son una forma elegante y deliciosa de transformar las clásicas patatas cocidas en un acompañamiento espectacular. Con una mezcla de puré de patata suave, mantequilla y yema de huevo, se les da forma y se hornean hasta que quedan doraditas y crujientes por fuera, pero tiernas por dentro. Perfectas para acompañar carnes o pescados, estas patatas son una opción ideal para darle un toque especial a cualquier comida.
Las papas arrugadas son todo un emblema de la cocina canaria. Cocidas en agua con sal hasta que la piel se arruga, estas patatas pequeñas se sirven tradicionalmente con mojo picón o mojo verde, creando una combinación irresistible. Lo mejor de esta receta es su simplicidad, pero con un resultado lleno de sabor que siempre sorprende. Son perfectas como aperitivo, acompañamiento o incluso como plato principal si las acompañas bien.
Las bolitas de patata rebozada son de esos bocados que siempre triunfan. Crujientes por fuera y suaves por dentro, son ideales para acompañar cualquier comida. Lo mejor es que las puedes rellenar con lo que más te guste o dejarlas tal cual, y siempre quedan deliciosas. Además, son súper fáciles de hacer, así que en un rato tienes un plato que encantará a todos.
La ensalada alemana de patata es una de esas recetas que lo tiene todo. Patatas cocidas, bacon crujiente, salchichas jugosas y ese aliño de mostaza y vinagre que le da el toque perfecto. Puedes servirla caliente o fría, así que es ideal para cualquier momento. Sencilla, rápida y llena de sabor, esta ensalada se convierte en la reina de cualquier mesa.
La piriñaca es un clásico de Cantabria, perfecta para esos días en los que apetece algo fresquito y fácil. Con patatas cocidas, pimientos, cebolla y tomate bien picaditos, se convierte en una ensalada sencilla pero con un sabor espectacular. Un buen chorrito de aceite de oliva, vinagre y sal, y ya tienes una piriñaca lista para disfrutar como plato principal o como acompañamiento en cualquier comida.
La ensalada malagueña es una de esas combinaciones que sorprende y engancha. Patatas cocidas, naranjas jugosas, bacalao desmigado y un buen chorrito de aceite de oliva. Este plato, típico de la costa de Málaga, es perfecto para cuando quieres algo fresquito, con ese toque dulce-salado que no deja indiferente a nadie.
La ensalada campera es todo un clásico de las comidas veraniegas. Patatas cocidas, pimientos, tomates, cebolla, huevo duro y atún, todo bien mezclado y aliñado con aceite de oliva y vinagre. Es una ensalada que te saca de apuros cuando necesitas algo rápido, fresco y que guste a todos. Perfecta para llevar a un picnic o como acompañamiento, pero también para esos días en los que no quieres complicarte en la cocina.
Cuando hablamos de reuniones o comidas informales, la ensaladilla rusa siempre aparece en escena. Patatas cocidas, zanahorias, guisantes, atún y una buena dosis de mayonesa hacen de este plato una opción infalible. Es fácil de preparar, se puede dejar lista con antelación, y lo mejor es que siempre gusta, ya sea como tapa o como acompañamiento de otros platos.
La ensaladilla de gambas es la prima elegante de la clásica ensaladilla. Patatas cocidas, gambas bien frescas y una mayonesa suave que lo une todo. ¿El resultado? Un plato fresquito y con mucho sabor, perfecto para cuando quieres impresionar pero sin complicarte demasiado. Es ideal como entrante o para acompañar en una comida más especial.
La ensalada Niçoise es ese plato que te lleva directo al sur de Francia con solo un bocado. Mezcla patatas cocidas, judías verdes, atún, huevo duro y aceitunas, todo aliñado con un buen aceite de oliva. Es fresca, completa y perfecta tanto como plato único como para compartir. Lo mejor de todo es que la puedes personalizar a tu gusto y siempre queda de maravilla.
Si buscas un plato calentito y lleno de sabor, el estofado de pavo con patatas es justo lo que necesitas. Tierno pavo cocido a fuego lento con patatas que absorben todo el sabor del guiso, más algunas verduritas y especias que lo hacen irresistible. Es de esos platos que huelen a cocina casera y que, con un buen trozo de pan, se disfrutan al máximo. Fácil de hacer y perfecto para esos días fríos en los que apetece algo más contundente.
El guiso de ternera con patatas es uno de esos platos que te abrazan por dentro. Ternera tierna, cocida a fuego lento con patatas y un buen sofrito de verduras que le da todo el sabor. Es el típico plato que huele a cocina de toda la vida, perfecto para los días fríos o cuando simplemente te apetece algo casero y reconfortante. Fácil de preparar, aunque requiere paciencia, pero te aseguro que vale la pena esperar.
El estofado de cerdo con patatas es uno de esos platos que no falla. Trozos de cerdo bien tiernos, patatas que se impregnan del sabor del guiso y un toque de vino que lo hace aún más delicioso. Es perfecto para esos días en los que apetece algo contundente, fácil de hacer y que llena la casa con ese olor a comida casera. Solo necesitas un poco de paciencia y un buen trozo de pan para disfrutarlo al máximo.
El guiso de patatas con costillas es de esos platos que huelen a domingo en casa. Las costillas se cocinan lentamente, soltando todo su sabor, mientras las patatas absorben ese caldo delicioso. Es sencillo, pero siempre triunfa. Perfecto para cuando quieres algo calentito y lleno de sabor sin complicarte la vida. Solo necesitas paciencia y un buen trozo de pan para disfrutarlo como se merece.
Las patatas guisadas son uno de esos platos que te abrazan en los días fríos. Cocinadas a fuego lento, con su caldito y las verduritas, son como ese guiso de la abuela que te deja lleno y contento. Perfectas para esos días en los que apetece cuchara y calorcito.
Si hay un guiso que sabe a otoño, es el de níscalos con patatas. Esos hongos tan típicos de esta época le dan un sabor espectacular al plato, y las patatas cocidas en su caldo, que siempre son buena compañía, lo rematan. Lo mejor de este guiso es que no necesitas mucho más: ingredientes sencillos, un rato de cocción lenta y, de repente, tienes un plato de esos que te calientan hasta el alma. Solo hace falta un buen trozo de pan y a disfrutar.
Este plato tiene tanta personalidad como sabor. Las patatas a la riojana, con su chorizo y sus pimientos, son un guiso que llena de sabor y que apetece siempre, sobre todo en esos días en los que necesitamos algo potente. ¡Es como un abrazo de la gastronomía riojana!
Nada como una buena sepia con patatas para disfrutar de un plato sencillo pero lleno de sabor. La sepia queda tierna y jugosa, mientras las patatas se impregnan de todos los aromas del guiso. Es una receta ideal cuando quieres algo fácil de preparar, pero que tenga ese toque especial que sorprende. Perfecto para una comida ligera o como plato principal sin complicaciones.
Si tienes una cena familiar y quieres algo que puedas dejar listo con antelación, el pastel de patata y carne picada es tu mejor aliado. Lo preparas tranquilamente, lo gratinas justo antes de servir, y listo: una comida completa y sabrosa, perfecta para compartir. Con el puré de patata bien suave y la carne picada jugosa y especiada, es de esos platos que siempre triunfan y que puedes dejar hechos sin complicarte mucho.
Si buscas una cena rápida y fácil, los gofres salados de patata y queso son una opción genial. Con patata cocida y queso fundido, en unos minutos tienes unos gofres crujientes por fuera y suaves por dentro. Lo mejor es que no necesitas muchos ingredientes ni tiempo, y puedes acompañarlos con lo que más te guste, desde una ensalada hasta un poco de jamón o verduras. ¡Ideal para esos días en los que no quieres complicarte mucho!
Estas patatas griegas son un invento nuestro que hacemos en casa. Están hechas con patatas cocidas, queso feta, yogur griego y, para rematar, se gratinan al horno. El resultado es una mezcla de sabores mediterráneos que no te va a dejar indiferente. Crujientes por fuera y cremosas por dentro, son la guarnición perfecta o incluso un plato principal si te animas. Vamos, que con este toque griego, las patatas cocidas suben de nivel.
Y después de ver muchas ideas de recetas con patatas familiares ahora vamos a ver también algunos platos con patatas cocidas pensados para los más peques de la casa:
El puré de patata y aguacate es una opción perfecta para los más pequeños. La patata cocida, con su textura suave y fácil de digerir, se combina a la perfección con el aguacate cremoso, aportando no solo sabor, sino también nutrientes importantes para el crecimiento. Este puré es ideal como primera comida o como parte de una dieta variada, y además es muy fácil de preparar. ¡Rápido, sencillo y lleno de beneficios!
Los ñoquis de patata son una manera divertida y deliciosa de introducir nuevos sabores a los niños. La base de esta receta es la patata cocida, que aporta suavidad y una textura perfecta para que los niños disfruten comiendo. Además, al ser tan blanditos, son ideales para esos momentos en los que están empezando a masticar. Se pueden acompañar con una salsa suave o simplemente con un chorrito de aceite de oliva para una cena rápida y nutritiva.
Los nuggets de salmón rebozados son una forma genial de que los más pequeños disfruten del pescado. La patata cocida es clave en esta receta, ya que ayuda a que los nuggets queden suaves por dentro, lo que los hace perfectos para los niños. Además, el salmón aporta proteínas y omega-3, mientras que el rebozado crujiente les da ese toque que encanta a los peques. Fáciles de hacer y muy nutritivos, ¡no pueden faltar en el menú!
La crema de patata y maíz es una opción ideal para bebés que están empezando con sólidos. La patata cocida aporta una textura suave y cremosa, perfecta para que los más pequeños disfruten mientras se nutren. El maíz le da un toque dulce que complementa muy bien, y juntos hacen de esta crema una comida fácil de digerir y rica en nutrientes esenciales. Es sencilla de preparar y perfecta para introducir nuevos sabores en su dieta.
El pastel de pescado con puré de patata es una manera estupenda de que los más pequeños coman pescado sin esfuerzo. La patata cocida se convierte en un puré suave que combina a la perfección con el pescado, haciendo que el plato sea fácil de masticar y lleno de sabor. Además, es una receta que puedes preparar con antelación y calentar en cualquier momento, perfecta para una cena nutritiva y equilibrada.
La crema de patata es una opción suave y deliciosa para los más pequeños. La patata cocida le da una textura cremosa que resulta fácil de comer y muy nutritiva. Los picatostes crujientes, aunque opcionales, pueden hacer que los niños disfruten aún más del plato, dándole un toque divertido. Es ideal para esos días en los que necesitas una cena rápida, ligera y completa para toda la familia.
Después de recorrer estas recetas con patatas cocidas, está claro que este ingrediente básico puede convertirse en la estrella de cualquier plato. Desde las opciones más tradicionales como los guisos, hasta aperitivos o cenas, las patatas cocidas siempre nos ofrecen una base versátil y deliciosa. Ahora que tienes tantas ideas, solo queda decidir cuál preparar primero. ¡Sea cual sea, el éxito está garantizado!